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Hoy es uno de esos días que no sé qué carajo me pasa, pero que algo me pasa.
Que no, que no sé de qué trabaja su papá y no me importa.
Que no, que no anduve en su moto y que no,  
no voy a andar sin casco.
Que a las 7 volví, que me hubiese encantado quedarme durmiendo con él hasta las 2 de la tarde, que cuando volví y me acosté sola, tuve frío.
Que por momentos estar acostada en su pecho se siente como la gloria, y que por momentos hay algo de la situación que me incomoda, que no me deja dormir.
Que a las 6 cuando me sonó el despertador estaba justo soñando con él. Y sí, cuando duermo sin tí,
contigo sueño.
Que por momentos (por muchos momentos) daría lo que fuera por estar allá, en Tilcara, escuchando al viento y sintiendo cómo vale la pena estar viva.
Que si pudiera elegir, no lo pensaría dos veces.
Que ya son las 10. Que la pastilla. Que día 18.
Que escucho perfidia y me pongo loca.
Que no sé. No sé. Que en realidad sí sé, pero no sé.
Que la barba le queda hermosa. Que él es hermoso. Que él me gustó desde el primer momento que lo ví. Y él también.
Que así no se puede pensar racionalmente... Razón, lo que nos hace hombres. La razón, la que suele ir encontra de los sentimientos. Los sentimientos, que también nos hacen hombres. ¿Entonces? Que alguien me explique...
Loca estoy, ¿y?
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