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   Yo estaba en el subte volviendo de la facultad tranquilita y concentrada en mi libro de Eduardo Galeano, cuando se sube una pareja, que se para enfrente mio.
   Prestar atención a mi lectura se me volvió imposible, porque el hombre en cuestión empezó con sus reclamos ante la sospecha de que su mujer le era infiel:
   "¿A qué hora volviste anoche? ¿Qué tren te tomaste? ¿De la vida hablaste cuando te lo encontraste? ¿Así que dejaste que te lleve a casa?".
   Una escena bastante incómoda, no sólo para la mujer, sino para todos los que teniamos que escuchar los gritos del hombre, que actuaba como si estuviera en su casa.
   Esta situación me hice refleccionar mucho. ¿Qué era lo que le molestaba al hombre? ¿Que su mujer tenga una relación extramatrimonial y así hiera su ego machista, o lo que realmente lo hiso ponerse así fue que su mujer, a la que (en teoría) ama, estuviera sintiendo cosas por otro hombre?

   ¿Qué tan grave es la infidelidad?
   No me refiero al acto de cometerla (que demuestra desamor y desinterés en los sentimientos de la pareja), sino al impacto que provoca en la persona a la que se le fue infiel.
   En mi opinión, más allá de que, obviamente, me gustaría que me fuese fiel, preferiría mil veces que mi pareja me engañe con mujeres que no significan nada para él, antes de que mantenga una relación con alguna amante, ya que éso significaría que realmente siente cosas por ella, más allá de una atracción netamente física.
   A lo que me refiero es que, si al necesitar un abrazo, una buena charla o simplemente estar sentado al lado de alguien si decir una palabra, me elija a mí, no me molestaría que se valla de pirateo con mujeres a las que no conoce y nunca más va a volver a ver.
   En conclusión,
que la única a la que ame sea yo.  

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