.

   No importa cuán orgulloso sea uno, se tiene que saber admitir cuando uno lastima y, sobre todas las cosas, aprender a pedir perdón, y poder comprender al otro cuando no se es perdonado.
   Muchas veces he lastimado, y muchas más me han lastimado. De todas esas veces, las que más dolieron fueron las que vinieron de parte de gente que quería.
   ¿Cómo puede ser que no te des cuenta que me estás matando con eso que me decís? Porque por más que para vos no sea nada y, aunque esté disfrazado de chiste, para mí es un puñal en el alma.
   Hay ciertos temas que para otros pueden ser nada, pero para mí no. Así como hay otros que no me mueven ni un pelo, pero a otros matan.
   Se tiene que aprender a tener cuidado con lo que se dice, más que nada a gente que queremos, porque así es como se hiere a las personas, mucho más que con insultos vacíos.
   Si alguna ves te lastimé, perdón. Creeme, no fue mi intensión.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.